exploratorio latinoamericano de poéticas/políticas tecnológicas

instalación | videoarte

Graciela Taquini



Border line, instalación (2007)


Resonancia, instalación (2005)


Lo sublime banal, video digital (2004)

En las últimas tres décadas, Graciela Taquini ha estado vinculada con distintas prácticas artísticas que conjugan arte y tecnología, particularmente con el videoarte, en diferentes roles: como gestora, curadora –en 1986 organizó la primera muestra de videoarte en el Centro Cultural San Martín--, promotora de artistas, crítica, y en los últimos años también como creadora.
 
Una de las primeras graduadas de la carrera de Historia de las Artes creada en la facultad de Filosofía y Letras de la UBA por Julio Payró, después de una breve estadía en España –donde  estudió arte medieval y paleocristiano--, Taquini volvió a Buenos Aires a comienzos de los 70. En 1975 tomó contacto con la obra del documentalista antropológico Jorge Prelorán, cuya influencia fue clave en su formación. Estudiando su obra --sobre la cual escribió un libro, que se publicó en 1994--, se vinculó con el lenguaje del cine y los medios audiovisuales.
Comenzó a trabajar en la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires en 1979; desde entonces, lleva adelante una importante tarea de gestión y promoción de actividades culturales; entre ellas, impulsó junto a Alberto Farina el Bela Lugosi Club, dedicado al cine fantástico, y a partir de mediados de los 80 se orientó a la curaduría de artes electrónicas; tuvo un papel destacado en las Bienales de Arte Joven, en el Museo de Arte Moderno (desde 1997 hasta 2003), en el Centro Cultural Recoleta (las muestras Resplandores, 2007, y Naturaleza intervenida, 2008, entre otras), Estudio Abierto (Nuevos horizontes : video creación, 2005), CCEBA (Transcuerpos, 2005) Centro Cultural General San Martín (las tres ediciones de Cultura y Media, desde 2006 a 2008; Naturaleza y artificio, 2008), entre muchas otras.
Como artista realizó su primera obra, Roles, en 1988, en el marco de un Taller de Video Arte que dictó John Sturgeon en la Facultad de Arquitectura de la UBA. Se trata de un plano secuencia escandido por fotos y videos; en todos los casos, la protagonista es la propia Taquini, en distintos momentos y escenas de su vida, acosada por voces en off que le gritan nombres e insultos (“Gra”, “linda”, “monja”, “gorda”, “puta”, “fea”, “mamá”, etcétera). Como música incidental, “Sólo tú” interpretada por Los Plateros. A pesar de la baja calidad técnica, o quizá también por ella, se logra el clima --entre onírico y perturbador—que reaparece en varias otras obras, para las que habrá que esperar un salto de nueve años. Esta pieza preanuncia varios de los temas y estilos recurrentes en los videos de Taquini: el plano secuencia, los autorretratos (Taquini señala que Roles es el primer “autorretrato performático en la historia del video arte argentino”; y de hecho la autorreferencialidad vuelve una y otra vez, como en Lo sublime/ banal, de 2004, y Secretos, de 2007), lo femenino interrogado (Roles, Lo sublime/banal, Secretos, Cuerpo, 2005), las confesiones (Secretos, Resonancia, 2005), la relación íntima, casi doméstica, con el mundo de la literatura, el cine (Psycho x Borges, 1997; Lo sublime/banal), o entre arte, memoria personal y política (Resonancia; Granada, 2005; Cadáveres, 2005); la tensión entre video arte y TV, que ya aparecía en sus curadurías (Sísifa, 2007). Y siempre, como un bajo continuo, el humor, lo satírico, lo irónico, lo grotesco; la repulsión por lo que, desde su perspectiva –que cabe leer como una perspectiva generacional— aparece como “meramente poético” o lírico.
 
En sus propias palabras, Taquini describe al video (video arte) como la enunciación de un "yo veo", la expresión de una subjetividad radical que “encarna la expresión de minorías, la protesta política, el cuestionamiento del sistema, la no aceptación del criterio de autoridad, que rompe y desvía la funcionalidad del hardware y el software”. Desde el punto de vista de las poéticas tecnológicas, además de este desvío y reutilización de los nuevos formatos, a los que se los sustrae de su funcionalidad representacional y publicitaria, Taquini ha abordado también la cuestión de las tecnologías como tema o problema sobre el cual posar la mirada, o al cual parodiar: es el caso de la instalación Border line (2007), que transcurría en un ascensor detenido, y donde la autora mezcla humor, terror orwelliano y crítica de los dispositivos de control y vigilancia social.
 
 



http://www.gracielataquini.info